domingo, 30 de enero de 2011

IMPACTOS AMBIENTALES DEL TURISMO

Aquí tenéis un enlace al artículo completo:
http://web.ua.es/es/revista-geographos-giecryal/documentos/articulos/no-2-2010-art-burgui-burgui.pdf

RESUMEN:
En este trabajo se realizó un análisis de la ocupación del suelo por el desarrollo turístico en Cayo Santa María, enfocado a evaluar cómo está afectando a la sostenibilidad de los paisajes naturales del cayo. Para ello, en primer lugar se describieron los componentes naturales y socio-económicos del cayo, y se identificaron las unidades de paisajes naturales. Posteriormente, se realizó una valoración de las unidades para su conservación, obteniendo las de la mitad este del cayo un valor más alto. También se valoraron los impactos ambientales actuales y previstos, según la ocupación del suelo por parcelas hoteleras, viales y otras infraestructuras. Los mayores impactos hasta la actualidad han tenido lugar en la mitad oeste del cayo, aunque se prevé que la parte oriental también sufra graves impactos al final de la etapa constructiva. Estas valoraciones se integraron para estimar la afección a la sostenibilidad de las unidades de paisajes naturales en la etapa actual, que en general se puede calificar de ‘moderada’. Sin embargo, también se realizó una predicción de la afección que sufrirán si se aplica el plan de desarrollo previsto, en cuyo caso se prevé una afección ‘alta’. Finalmente, se propusieron medidas para reducir dichas afecciones.
Imagen de una playa de Cayo Santa María (Cuba)

LA INVASIÓN DE LAS CAFETERAS INTELIGENTES

No, no es una película de terror. Aunque a mí todo esto me asusta un poco, la verdad. Y tampoco es que sean inteligentes las cafeteras –es una manera de hablar-, pero mucho menos lo es el vulgo que las compra, dicho sea de paso. Sí lo son, por el contrario, los dueños de las empresas que las fabrican y que una vez te las venden, te obligan a comprar determinadas “cápsulas”, pues de otra forma no funcionan. Alguien pensará: “¿qué tiene éste en contra de las cafeteras?”. Es que no estamos hablando sólo de cafeteras. Se trata de un ejemplo más de cómo la maquinaria capitalista de consumo genera un producto totalmente prescindible, creándonos una nueva necesidad que antes no teníamos, y cómo el rebaño se deja caer plácidamente en la trampa. Claro, en este país de envidiosos, si el vecino lo tiene, yo no voy a ser menos. Si no, me tratarán de miserable, de “rata”, dirán que soy un bicho raro… Tengo que consumir, gastar, comprar artículos de última moda (aunque no me hagan falta), para ser así aceptado socialmente.

Dentro de unos años, tal vez ya no queden las cafeteras de toda la vida que uno puede comprar ahora por unos quince euros o menos, porque ya no se venderán en los grandes almacenes (suerte tendremos si todavía quedan pequeñas tiendas de barrio) y en las que uno hoy en día todavía es libre de poner la marca de café que quiera. Como también somos libres aún de añadir después leche, canela, mezclarlo con chocolate o lo que se nos ocurra, sin que una máquina tenga que hacerlo por nosotros. Dentro de unos años ya no quedarán muchas cosas y habrá otras nuevas. No es que todo lo que venga sea malo. Pero me pregunto si dentro de unos años seremos un poco más o un poco menos libres que ahora. Si estaremos más o menos en manos de este mercado omnipotente que nos indica cómo vivir, cómo vestirnos, qué comer, qué nos debe gustar y qué no… En fin, en manos de este mercado que nos esclaviza poco a poco.